martes, 8 de julio de 2025

CHIP

 Ariadna era una gran estudiante y se había licenciado en medicina con muy buenas notas. También es verdad que le había supuesto un gran esfuerzo y dedicación, pero ahora le había llegado el premio; seguir sus estudios de especialización en neurología en la universidad Californiana de UCLA, en Los Angeles. Había conseguido contactar con un prestigioso neurólogo de aquella universidad en un foro de neurología de internet. Ella planteó en el foro algunas preguntas para desarrollar su tesis sobre la epilepsia y el Dr Murchinson se mostró interesado en el tema. Siguieron conversaciones y videoconferencias que llevaron a que el Dr Murchinson le consiguiera una beca para terminar los estudios en UCLA y realizar su doctorado con él. No le costó nada decidir mudarse a California. No tenía mucha relación con sus padres; él les abandonó cuando ella era niña y hace tres años su madre se mudó a otro país con su nueva pareja. Su hermano mayor vivía en Australia y romper con su novio no fue difícil; al fin y al cabo era un idiota. Le ilusionaba tremendamente la nueva etapa que iba a empezar en su vida.


El Dr Murchinson le dio una gran bienvenida, ayudándole en todo. Ella cursaba sus estudios mientras ayudaba al Dr. en sus investigaciones, lo que para ella era un privilegio. Poder trabajar en el laboratorio del Dr. Murchinson le ayudaría a aumentar su conocimiento del cerebro y desarrollar su propia tesis. Nunca había tenido acceso a los recursos que tenían allí y la experiencia del Dr era muy grande. Así que además de las clases pasaba multitud de horas en el laboratorio trabajando con él. 



La Sra. Murchinson también le dio una gran bienvenida.

- Evidentemente que no vamos a dejar que tengas que alojarte en el campus. Esas habitaciones compartidas son un agobio y no es el mejor ambiente para estudiar. Nuestra buhardilla está acondicionada con cocina y baño. Lo hicimos para nuestro hijo pero cuando se casó quedó vacía. Para nosotros no es ninguna molestia que te alojes ahí. ¿verdad cariño?

- Evidentemente que no. Ahí tendrás tranquilidad para el estudio y lo puedes pagar ayudándome en el laboratorio. 

La Sra. Murchinson era cirujana y dueña de una pequeña clínica de cirugía estética. Su difunto padre había sido cirujano también y le había dejado una fortuna. De hecho, Ariadna se enteró de que su fortuna era lo que le permitía a su marido seguir con sus investigaciones. La universidad le había retirado los fondos  destinados a sus investigaciones por llevar años sin conseguir resultados efectivos y por alguna acusación del comité de ética de no cumplir las normas en algún experimento. 


- Es imposible cumplir todas las leyes. Todo el mundo lo sabe pero había quien me tenía ganas. Envidia y antiguas rencillas.

Ariadna vivía sumergida en el estudio y el trabajo en el laboratorio. Acudía a las mañanas a clase y cuando libraba iba al laboratorio a ayudar al Dr. La tarde-noche la utilizaba para estudiar y ordenar sus apuntes sobre lo que veía en el laboratorio. Estaba aprendiendo mucho de la experiencia del Dr. Diseccionaban cerebros humanos reales y experimentaban con monos. 

El DR. le hizo firmar un contrato de confidencialidad por el que le prohibía revelar cualquier información de lo que veía en el laboratorio. Condición sine qua non para que él le dirigiese su tesis. Era normal, ya que el Dr. tenía varios rivales en la universidad que ya antes le habían plagiado su trabajo. Y Ariadna tenía el privilegio de seguir las investigaciones desde dentro y que el Dr. le ayudase en sus propios estudios.

- Si todo va bien tu doctorado sobre la epilepsia puede ser el único que proponga una solución real a la enfermedad. Imagina lo que supondría. Pero para eso antes tenemos que desarrollar el implantado de chips en humanos.


El estaba trabajando en eso y ya lo hacía con monos con bastante éxito. Había logrado controlar el comportamiento de esos animales y reducir agresividad u otros problemas. También había logrado recuperar el movimiento de miembros, la visión o la audición con el implante de chips cerebrales.  

A  Ariadna le daban pena los animalitos pero solo pensar en el beneficio que podría suponer para numerosos problemas en seres humanos se daba cuenta que valía la pena. ¿Si conseguía curar la epilepsia? ¿O al menos controlarla? Sería famosa con su doctorado.

Estaba siendo testigo de descubrimientos asombrosos. Con una simple tablet conseguía acceder al chip cerebral y acceder a diferentes zonas del cerebro, consiguiendo diferentes efectos en el comportamiento del animal. Conseguía mover miembros que permanecían paralizados en monos que previamente habían sido sometidos a lesiones encefálicas. Quizás el comité de ética hubiese tenido algo que decir sobre eso... la verdad es que Ariadna se iba acostumbrando a esas prácticas y priorizaba los resultados a sus sentimientos de empatía por el sufrimiento de aquellos animales. Los resultados eran asombrosos y ella se beneficiaría de ello.

- Solo nos falta probarlo con humanos. 

- ¿Pero es suficientemente seguro para eso?¿El comité de ética daría permiso?

- Si supieras cuantas pruebas se hacen sin aprobación del comité... Otra cosa es cuando quieres publicar algo, entonces hay que escribir todo eso de consentimiento informado, evaluación de riesgos bla bla bla... Burocracia rutinaria.


Aquel día El Dr. le dijo que fuese a buscar a la Sra. Murchinson a la clínica estética. 
Yo voy a quedarme un rato más. Coge mi coche y recógela en la clínica. Vais a casa y más tarde un compañero me acercará a mí.  
Ariadna llegó a la clínica y la Sra. Murchinson estaba en la puerta. 
- Vienes veraniega. ¿vamos a la playa o que? jajaja
La Sra. Murchinson siempre iba bien preparada y vestida y solía hacer comentarios de ese tipo sobre la forma de vestir de Ariadna.
- Hace calor en Los Angeles. No estoy acostumbrada jajaja

- Deja el coche ahí mismo y entra un rato. Tengo que enseñarte algo.

Entraron a una sala en el interior de la clínica y la Sra. Murchinson le trajo un zumo fresco que fue bebiendo mientras visitaban la clínica. Lo último que recuerda Ariadna es sentirse mareada y una enfermera junto a la Sra. Murchinsons ayudandole a sentarse en una camilla.  

Cuando se despertó estaba tumbada en un colchón en el suelo. Llevaba una camisa de fuerza que no le permitía moverse y una mordaza en la boca. Veía las placas de escayola rectangulares del techo y una luz fluorescente. La habitación tenía suelo de baldosa y paredes de azulejo blanco con una franja azul. Una ventana traslucida dejaba entrar luz del exterior. 

Entonces entró aquella enfermera. Ariadna se quejaba e intentaba gritar pero la mordaza no le dejaba. Se retorció pero la enfermera era más fuerte de lo que su físico denotaba y la levantó fácilmente y la arrastró al medio de la habitación, donde la dejó atada con una cadena a una argolla que colgaba del techo. 

- Estate tranquila que ahora te explican todo. 


Entonces escuchó la voz del Dr. Murchinson por un altavoz. Ni siquiera se lo dijo a la cara.

- Tienes que entender que prefiero que no haya más interacción entre nosotros hasta después de la implantación del chip. Entiendo que te puedas sentir asustada y traicionada y no quiero hacer esto más violento.  Hemos hecho una buena amistad pero esto es por la ciencia, tienes que entenderlo. 

Así el Dr. le explicó como le iban a implantar un chip en el cerebro como hacía con los chimpancés. La clínica de su mujer había sido vaciada y solo quedaban unas enfermeras de confianza. 

- Mi mujer es cirujana y me va a ayudar, no te preocupes, todo saldrá bien. Yo tengo experiencia con los monos y el cerebro humano no es tan diferente, y mi mujer tiene buenas manos. Siento si ha habido algo de brusquedad pero ha sido lo estrictamente necesario para conseguir tu colaboración. Se que es difícil para ti pero a la vez es necesario. No todo en la vida son tus estudios. Hay cosas mucho más importantes que tu tesis doctoral, entiéndelo. Esto está a otro nivel. Aportarás mucho más a la ciencia con esto que con tu tesis. Yo me ocuparé de desarrollar lo que pretendías y cumplir tus objetivos científicos. Tranquila que yo te cuidaré bien. No te preocupes.

Se apagó el audio y Ariadna se quedó intentando gritar, agitándose y luchando por soltarse. Media hora más tarde estaba agotada y rendida. Una hora más tarde entró la misma enfermera y le pinchó en el muslo inyectándole algo. 

- Tranquila no es nada. Rutina del preoperatorio. Todo va a ir bien. 

Ariadna temblaba. Sentía las piernas flojas y se notaba desfallecer, porque estaba hiperventilando. Intentó controlar la respiración, contando al inspirar y exhalar el aire. Su mente no podía procesar lo que le estaba pasando. No podía ser real. Era como un sueño malo, una pesadilla, o una película de horror. 

Pero al rato vinieron a buscarle y todo se volvió tremendamente real. Aquello estaba sucediendo! Se revolvió, peleó, pero acabó sentada y atada a una silla recorriendo un largo pasillo de paredes blancas.

Le dio un vuelco el estómago cuando se abrió la puerta y entraron al quirófano. Ahí estaba la Sra. Murchinson con bata, mascarilla y guantes.

- No te preocupes cariño. Todo va a ir bien.

¿Por que le decían todos lo mismo? ¿Cómo iba a ir bien si le iban a taladrar el cráneo para implantarle un chip con multitud de microhilos atravesando el cerebro hasta sus diferentes partes? Ellos le llamaban ir bien a conseguir realizar la operación sin daños mayores, como ya habían conseguido con algunos primates, pero como iba a ser "ir bien" para mí si luego mi cerebro iba a ser controlado desde un programa informático?

Yo no podía dejar que me hicieran eso. No podía dejar que pusieran mi integridad física en peligro y que en el mejor de los casos y que la operación fuera un éxito perder el control de mis funciones cerebrales, pasando a ser este controlado por personas externas a mí. Peleé, me revolví, luche todo lo que pude pero me desataron de la silla y me ataron a la mesa de operaciones.

Empecé a desesperarme. Me di cuenta que no tenía escapatoria y en ese momento de desesperación tuve una visión clara de todo lo que eso suponía y me vinieron recuerdos de toda mi vida, tal y como dicen que pasa cuando vas a morir. En realidad, ya no iba a ser la misma y era como una muerte en vida de Ariadna. Ya no iba a ser más dueña de mis decisiones. Ni siquiera de mi propio cuerpo. Me vinieron sentimientos de arrepentimiento por haber abandonado tanto a mi familia y amigos y centrarme tanto en estudios y trabajo. Había sido demasiado ambiciosa y egocéntrica. Todos estos pensamientos venían a mi mente cuando el gas de la mascarilla iba haciendo su efecto. Me sentía sola en el mundo y toda esta situación era consecuencia de haber abandonado a los míos juntarme con gente como yo, que pone su ambición y como prioridad por encima de las demás personas. Todo se fue difuminando hasta caer en un sueño profundo.

Desperté enchufada a una máquina y llena de tubos. Me dolía tremendamente la cabeza y no podía moverme. Veía todo borroso pero pude ver la silueta de una persona acercándose y cambiando la bolsa de liquido que colgaba sobre mí con un tubo que llegaba a mi brazo.

- No te preocupes. Esto te ayudará y en un ratito estarás mejor. 

Todo fue haciéndose más borroso y me dormí otra vez. Tengo recuerdos borrosos de aquellos días. Mezcla de dolor, voces, luces blancas, figuras borrosas alrededor mío y olor a medicamentos. Poco a poco fui siendo más consciente hasta que me trasladaron a otra habitación.

- Debes permanecer quieta y tranquila. El dolor es normal y poco a poco irá remitiendo. Hemos quitado la morfina y estamos con un tratamiento más suave. Empezaremos con una dieta blanda y ya vas a ver como todo vas a ir a mejor poco a poco. 

Los siguientes días los pasé atada a aquella cama sin poder moverme. Las enfermeras hacían visitas para alimentarme, darme medicación, controlar mi tensión, sacar sangre y limpiarme. 

- Hola Ariadna. Esa fue la primera visita de la Sra. Murchinson. Me alegra verte mejor. Todo ha ido según lo previsto y pronto podrás moverte un poco. Siempre con mucho cuidado, despacito y sin mover mucho la cabeza. Ya te dije que estuvieses tranquila, que todo iría bien. Estas en buenas manos. Los siguientes días iras mejorando pero debemos ir poco a poco. Intenté hablar pero no pude. Tampoco veía. 

 - Tranquila. Hay funciones cerebrales que se han podido ver afectadas por la operación pero irás recuperándolas. Hay pequeñas lesiones internas que el cerebro necesita un tiempo para regenerar. 

Unos días más tarde me soltaron la cabeza y me limpiaron el corte por donde habían accedido a mi cerebro. Me pusieron un vendaje que también me tapaba los ojos. Supongo que era porque yo estaba muy nerviosa por no tener vista y pensaron que así me tranquilizaría. - Estate tranquila, es lo mejor. Solo son 9 días desde la operación y los doctores dicen que es normal. Confía en ellos. ¿Confiar? ¿en una técnica quirúrgica del cerebro experimental solo probada en primates, efectuada por una cirujana plástica y un doctor que solo había operado monos?

- A ver. La paciente se está moviendo demasiado. Debemos evitar movimientos bruscos de cabeza todavía. 

- Sí doctora. Lo siento. Enseguida le inyecto un tranquilizante.

- Mejor. Controladme eso que si ella no atiende a razones hay que tomar medidas. El Dr. ha sido claro con eso. Que no se levante ella y que no levante la cabeza.

Una semana más tarde me dejaron levantarme pero bajo estricto control. El dolor de cabeza había desaparecido prácticamente, pero no la confusión mental. Podía articular palabras pero me costaba formar frases enteras de forma coherente

- Te sentirás débil pero es normal. Todavía te estamos dando calmantes y tantos días inmovilizada tendrás la musculatura débil pero poco a poco te irás recuperando. Sigue las instrucciones de las enfermeras y nos vemos en unos días. Efectivamente, mi vista era borrosa y mis pensamientos confusos.


- La doctora ha dicho que debes permanecer tranquila y no agobiarte. Ahora túmbate y echa una siesta. Te inyectaré un tranquilizante. 

Las piernas apenas obedecían mis ordenes y andaba con dificultad. Tampoco podía controlar mis esfínteres. 

- Venga no llores, todo mejorará.



La clínica recuperó su marcha habitual y a mi me recluyeron a una habitación aislada e insonorizada. No me dejaban salir de allí. Mi motricidad había mejorado y aunque había recuperado la voz no recordaba muchas palabras y me costaba completar frases coherentes. Además no recuperaba el control de esfínteres. Pasaron unas semanas y solo me sacaban de allí para hacer pruebas médicas; análisis de sangre y orina, radiografías y ecografías, endoscopias, biopsias. Tomaban datos de todo tipo. Era su conejillo de indias. Recordaba las pruebas que hacíamos con los chimpancés en el laboratorio. 

Aquel día recibí la visita del Dr. y la Dra. Murchinson. 

    - Me alegro de verte bien. Se que el postoperatorio es duro pero vale la pena.
Yo estaba muy enfadada al verle a él. El me había traicionado, engañado, utilizado para sus experimentos...
- Usted... usted me ha... como monos, usado, engañado... yo pensaba usted bueno conmigo, yo ayudando y... y me ha... malo conmigo. 

- Tranquila cariño, Donald sabe lo que hace y estas en buenas manos. No podrías estar en mejores. 

- Pero yo no quiero... yo quiero... yo no quiero esto.

- Estas ayudando a la ciencia, es lo que querías. Estamos juntos en este proyecto. Es algo único y tú formas parte de ello.

- Sí cariño, tranquilízate. Se que te llevará un tiempo, pero ya te acostumbrarás.

- ¿A parecer boba?¿a mearme encima?

- Tranquila. Es poco tiempo de la operación y vamos a ir viendo como evolucionan esos aspectos. De todas formas, una vez pasado un tiempo ya empezaremos a utilizar el software. Una vez conectado a tu cerebro no solo controlaremos esa partes que se han visto negativamente afectadas sino que desarrollaremos nuevas capacidades. Tenemos un camino muy largo que recorrer, lleno de grandes expectativas y experiencias nunca antes vistas.

- Va a ser alucinante.









domingo, 26 de mayo de 2024

Viaje de amigas

 


Paula estuvo encadenada a aquella barra en aquel colchón lo que suponía podían ser un par de días o así. Se habían llevado a Silvia y aquellos hombres las trataban rudamente y no les daban ninguna explicación. ¿Qué estarían haciendo con Silvia? Paula se imaginaba lo peor. Entonces aparecieron aquellos dos hombres. La amordazaron y la subieron sacándole de aquel sótano. 

Entonces trajeron a Silvia y la dejaron en el suelo. - Mira a tu amiga y vete aprendiendo, puta. Le dijo uno de los hombres.


Silvia temblaba terriblemente y no podía mantenerse en pie. - Esta vez seguro que firma. - Ya os dije que no quiero perder el tiempo. - Pero parecía que ya iba a firmar. Por eso la sacamos. - Se acojonan pero luego se les olvida y se envalentonan. Ya nos ha pasado alguna otra vez y no quiero que vuelva a pasar. Que firme y entregadla ya. No me gusta tener a los clientes esperando. Y con la otra andad vivos. Quiero entregarla mañana - Sí señor. No se preocupe. - Y empezad ya con la otra. 

Entonces le trajeron a Paula unos papeles que le dijeron que debía firmar. 

SlaveMasters contract


Slave____, previously in possession of her own person agrees and states that she wishes and intends to deliver herself entirely into the hands of Master____ as her Master.

Master agrees to take possession of slave______.

By signing this Slavery Contract, it is agreed that slave_____ gives up all rights to her own person in every manner, and that Master takes entire possession of slave as property, claiming for himself her life, her future, and her heart body mind and soul.

Slave’s Role
(a) slave______ agrees to obey and submit completely to Master____ in all ways. There are no boundaries of place, time, or situation in which the slave____ may refuse to obey the directive of Master___.
(b) slave____ also agrees that, once entered into the Slavery Contract, her body belongs to her Master, to be used as seen fit.
(c) All of slave____’s possessions likewise come under the control of Master____ , including all assets, finances, and material goods, to do with as he sees fit.
(d) slave____ understands that all that she has, and all that she does, shall now move from right to privilege, granted only as He wishes, and only to the extent that He finds useful.

Slave’s Behaviour:
(a) slave____ will strive diligently to remould slave____’s body, appearance, habits, and attitudes in accordance with Master____’s desires. Slave____agrees to change the slave’s actions, speech, and dress to express the ownership. Slave____ will always speak of her Master in terms of love and respect, and address Him appropriately (i.e. “Master”, “Sir).
(b) slave____ will seek to learn how to please Master____ better, and will gracefully accept any criticism in whatever form Master____ chooses.
(c) slave____ renounces all rights to privacy or concealment from Master. This includes but is not limited to photography and video photography of slave____, in any situation, to be used and displayed in any manner Master____ sees fit.
(d) When in the same room as her Master, the slave will ask permission before leaving the room and explain where she is going. This includes asking permission to use the restroom.
(e) slave____ is responsible for maintenance and completion of all household chores. This includes, but is not limited to
(i) cooking all meals; including preparing food for her Master.
(ii) cleaning; including vacuuming, dusting, and maintaining the kitchen, bathrooms,
(iii) laundry,
(v) running errands and shopping,
(vi) laying out clothes for Master if requested to do so.

Slave’s Dress/Body/Appearance
(a) slave____ shall diligently maintain and adorn slave____’s body parts in such manner as will ensure that they are fully open and available to her Master. Slave____’s body parts shall be able to be displayed by Master____ in public or private, to others or to Him, when so ordered.
(b) slave____ shall never wear undergarments at any time, except when allowed to by her Master, and the design of the item of apparel or material, are expressly approved by her Master.
(c) slave____ shall keep her body parts clean-shaven or waxed at the direction of the Master.
(d) slave____ shall keep her hair cut, styled, and coloured as directed by her Master.
(e) slave____ shall keep her fingers and toenails painted and maintained as directed by her Master.
(f) Master____ has the right to tattoo or have tattooed, pierce or have pierced, or brand or have branded slave____’s body.
(g) slave____ will wear, at all times, 24 hours a day, 7 days a week, a token of her possession, given to her by Master.

Punishment
Slave____ agrees to accept any punishment Master____decides to inflict.
Slave____ agrees that severe punishment may be assessed for any infraction of the letter or spirit of this Slavery Contract, and will accept the correction gratefully. The form and extent of the punishment shall be at the Master’s pleasure.
Slave____ enjoys the right to cry, scream, or beg, but accepts the fact that these heartfelt expressions will not affect her treatment.

Other People
(a) slave____ may relate to others in submissive way and with respect, not matter how they treat her.
(b) Master____ may accept other slaves, subs or lovers and slave_____ must accept and submit to them.
(c) slave____ agrees that her Master possesses the right to determine whether others can use her body and to what use they may put it. Slave____ has no say in the choice of these other partners.

Alteration of Slavery Contract
This Slavery Contract may not be altered, except when Master decide it. If the Slavery Contract is altered, the new Slavery Contract shall be printed and signed, and then the old Slavery Contract must be destroyed.

Termination of Slavery Contract
This Slavery Contract may be terminated only for Master____ if He decide to sell or donate the slave____ to other Master, but the slave____ will continue attached to the contract with the new Master in the same terms. New Master may change the conditions of the contract anytime applying the Alteration of Slavery Contract clause.

This Slavery Contract is a lifetime compromise, so may not be terminated by the slave_____ in any way.

slave_____’s Signature
I have read and fully understand this Slavery Contract in its entirety. I agree to give everything I own to my Master, and further accept His claim of ownership over my physical heart body, mind and soul. I understand that I will be commanded and trained and punished as a slave, and I promise to be true and to fulfil the pleasures and desires of my Master, and serve Him to the best of my abilities. I understand that I cannot withdraw from this Slavery Contract.

Signature: slave_____ ………………Date…………..

Master’s Signature
I have read and fully understand this Slavery Contract in its entirety. I agree to accept this slave as my property, body and possessions. I shall command her, train her, and punish her as a slave. I further understand that I can withdraw from this Slavery Contract at any time, but only handing over the slave to another master who accepts the contract entirely.

Signature: Master____ ……………….. Date: …

- Entiendes ingles ¿no, puta? - Sí...pero...¿es esto lo que le habéis hecho firmar a Silvia? Es una locura, nadie... - Venga lleváosla. Hay que convencerla. Esta no la sacamos hasta que estemos seguros. Sin chorradas. Entonces le pusieron un aro que le abría la boca totalmente, la agarraron entre dos hombres y la arrastraron afuera del edificio. Había una especie de bañera llena de agua sucia y la introdujeron en ella. 


Un par de horas más tarde cayó una tormenta que llenó más el recipiente, pero durante la tarde de vez en cuando las nubes traían más lluvia, alternándose con momentos de sol. En un momento llegaron los dos hombres y Paula pensó que la sacarían, porque sentía que le faltaba poco para morir ahogada. Cada segundo tenía que hacer un gran esfuerzo para poder mantener las vías respiratorias fuera del agua y además el cuerpo no le respondía por el frío. Pero en lugar de sacarle orinaron en la bañera riéndose y se marcharon.

Fue al anochecer cuando la sacaron. La ataron al colchón y la taparon con varias mantas. Cuando recuperó la temperatura del cuerpo se durmió.


 A las tres de la mañana se encendieron las luces y aparecieron los dos hombres. - Bueno nena, ¿vamos a dar otro baño? - No no, por favor, os lo ruego. - Parece que no le apetece. ¿Entonces prefieres firmar el contrato?... ¿o prefieres empezar otra vez? - No no por favor. - Eso ya lo has dicho, pero tienes que decidir. Firmas o vamos a la bañera. Tu dueño viene a la mañana y si te metemos ahora para el amanecer supongo que estarás lista, pero no nos gustaría entregarte a él en mal estado. - Y si aún así todavía no has firmado pues el jefe se enfadará mucho y no queremos eso ¿verdad? Nosotros no queremos porque nos echará bronca. - Y tú no quieres porque entonces no saldrás del agua en todo el día y toda la noche. Y así dia a dia hasta que te decidas. 

- Entonces... ¿empezamos otra vez?

- No no, firmaré firmaré.

- ¿Seguro? No queremos perder el tiempo.

- Sí, seguro. Firmaré.


Una hora más tarde le han dado algo de ropa y Paula firma el contrato. Ni siquiera sabe quien es el que firmará como "Master", pero no tiene otro remedio. Esos hombres son capaces de matarle. 

- Así mejor monada. ¿Ves como si eres una buena chica todo va mucho mejor?

- Esta será obediente. Con su amiga han sido necesarios dos baños pero con esta uno nada más. La veo un poco floja. 

- Sí jejeje. Es una putita llorona. 








jueves, 29 de febrero de 2024